Seis kilos menos

Tecnologías de los perdidos


—He adelgazado seis kilos —le dice Esteban a María, que está preparando café.

—¿De ayer a hoy?

—Ya te digo, tu nueva dieta funciona.

—Sé que comes a escondidas. Es imposible. ¿Dónde te has pesado?

—¿Dónde va a ser? En la báscula del baño.

—A ver —lo coge de la mano—. Sígueme.

Entran en el baño y él, con el pie, desplaza la báscula hacia la izquierda.

—¿Por qué la mueves?

—Es incómodo, tan cerca de la pared.

Se pesa. Efectivamente, la aguja señala seis kilos menos.

—Debe de ser la baldosa.

—Pésate, María.

Ella se pesa. Lo mismo que ayer.

—Ponla aquí —dice ella.

Él se vuelve a pesar sobre diferentes baldosas.

—¿Lo ves?

La deja en el baño escudriñando la báscula y va a la cocina, se sienta a la mesa y mira la cucharilla que se yergue, sola, sobre la encimera, salta a la taza y remueve con brío el café.


Más artículos de Pascual Nieves

Ver todos los artículos de