Disparó tan a bocajarro que su sangre corría por el rostro de la mujer.
Fray Mateo
José María R. RelañoSin astrolabio, brújula ni sextanteFray Mateo, arrepentido, no solicitó nunca más la disoluta docena de huevos.
Tres cuentos verosímiles
José María R. RelañoSin astrolabio, brújula ni sextanteEl segundo cuento tiene por escenario el vagón de un tren-correo con destino a Madrid.
La princesa casadera
José María R. RelañoSin astrolabio, brújula ni sextanteA nosotros nos interesa lo que ocurrió cierta y verdaderamente, lo real.
Como si nada ocurriera
José María R. RelañoSin astrolabio, brújula ni sextanteEl loro estuvo a punto de infartar.
Lucía
José María R. RelañoSin astrolabio, brújula ni sextanteAcróstico, el arte de esconder un secreto.
Fuego eterno
José María R. RelañoSin astrolabio, brújula ni sextante¿Cómo es que ahora tan de pronto me veo desnudo, sin signo alguno del rango al que pertenezco?
Sopa d’all i espinacs
José María R. RelañoSin astrolabio, brújula ni sextanteSor Neus había anunciado con alborozo la nueva: tenim carn!
El de Castrojeriz
José María R. RelañoSin astrolabio, brújula ni sextanteCon el dinero de la partija, el de Castrojeriz compró un potro morcillo, huesudo y de mal pelo.