La Charca Literaria

…«quimera humana», precioso nombre para una anomalía poco conocida, pero real.

Los machos de la ascálafa son más pequeños y oscuros que las hembras.

A partir de 1960 la llamada «Iglesia de Satán» o «Culto de brujas y brujerías» se denominó la Wicca y a sus adeptos wiccanos y wiccanas.

En toda tierra de montes y granjas se conoce la figura del ahuyentador, que no es un aparato ultrasónico, sino un ser humano con chaqueta Hunter, botas camperas, sombrero de fieltro y carabina de cerrojo Browning.

Sorprende a los ignorantes encontrar en la imaginería de la iglesia cristiana oriental imágenes de san Cristóbal con cabeza de perro.

La segunda vez que fui víctima del síndrome de Stendhal que me asalta entre ruinas milenarias, fue cerca de la pirámide de Zoser en la necrópolis de Saqqara.

Iba la gótica tan airosa calle abajo cuando me crucé con ella.

—El mar ya lo ha curado —dijo—. Ahora es puro perfume.

En mi juventud escribí mi Tesis de Licenciatura en Historia del Arte sobre el ángel en el Antiguo Testamento.