Teletrabajábamos en una mesa camilla con tapete de ganchillo. Fuimos los grandes perdedores.
La mascarilla
Mireya Maldonado Hualde¡Hale, hale, que es gerundio!Con la manía de llevarme conjuntado a veces voy a juego con el tapiz del sillón de la sala.
La chaqueta
Mireya Maldonado Hualde¡Hale, hale, que es gerundio!Me encontró a mí, con las manos metidas en los huecos de las piernas de un calzoncillo.
El alterne
Mireya Maldonado Hualde¡Hale, hale, que es gerundio!Ahora el problema no es tanto pedirle Hemoal sino no saber tener la boca cerrada.
Tocando el viento
Mireya Maldonado Hualde¡Hale, hale, que es gerundio!Esa noche podía tocar el viento y sentir a qué olía y sabía la libertad.
Los anticuerpos, a través del cristal
Mireya Maldonado Hualde¡Hale, hale, que es gerundio!En el devenir de los días, los cambios se van fraguando como gotas de agua colocadas de una en una en el interior de un vaso. Hasta llegar al límite.
La compañía, a través del cristal
Mireya Maldonado Hualde¡Hale, hale, que es gerundio!Escucho a mucha gente decir que en estos días de encierro necesita matar el tiempo. ¿Por qué? El tiempo, al morir, se lleva parte de nosotros.
La soledad a través del cristal
Mireya Maldonado Hualde¡Hale, hale, que es gerundio!Nada me emociona más que la emoción.
Qu’est ce que c’est, cette merde?
Mireya Maldonado Hualde¡Hale, hale, que es gerundio!Mientras untaba las galletas en el Cola-Cao, Manolo encendió el viejo transistor. Ese día sólo se hablaba de un posible apocalipsis zombi debido al coronavirus.