Entre la idea de que te invaden imaginaciones absurdas y la constatación de que no lo son, se suceden, muy lentamente, unos segundos.
Noche de Reyes
Montse GaleraRincones oxidadosPablo le ha clavado un lápiz en el ojo a un niño del centro de acogida.
Sonrisas
Montse GaleraRincones oxidadosPor lo visto alguien ha llamado a comisaría para denunciar la desaparición del señor Alfredo. ¡Vaya por Dios!
Monstruo bajo la cama
Montse GaleraRincones oxidadosYo no escogí ser como soy ni lo que soy. No se escoge dar miedo.
Un gato cualquiera
Montse GaleraRincones oxidadosPuedo perderme, y si puedo ¿por qué no hacerlo? Está claro que a Murphy no le gustan los gatos.
Irse
Montse GaleraRincones oxidadosEspe tomaba al muchacho de turno de la mano y lo subía lentamente por las escaleras para conducirlo a una de las habitaciones, mientras Estrellita suspiraba guiñándole un ojo al padre y le decía: «¡Ay, esas escaleras llevan al cielo!»
Camas de sangre y ramas
Montse GaleraRincones oxidados—¡Oiga! Hay una chica herida en el camino, no está bien, ¡Dios mío, nada bien! Y un hombre en el suelo, creo que está muerto… no, no, ¡seguro que está muerto! ¡Dios Santo, qué carnicería! Por favor, que venga alguien, por lo que más quiera…
Ratón
Montse GaleraRincones oxidadosNo era solo por eso que la odiaba. Tampoco era solo por eso que había decidido matarla.
Solo es trabajo
Montse GaleraRincones oxidados¿Pagar? En absoluto parecía una prostituta, pero la idea le volvió a la cabeza cuando coincidieron en el ascensor.