Poemas, muchos poemas, manufacturados y convertidos en hojitas de papel higiénico.
El hombre del saco
Albert TuguesPerplejos en la ciudadSe desgarraron las costuras del saco y su contenido cayó rodando en medio de la calle. Fue una sorpresa.
El cuento de un viaje
Albert TuguesPerplejos en la ciudadCuando llegaron al puerto no había nadie.
Cenizas
Albert TuguesPerplejos en la ciudadLos humanos resultarían ser, por culpa de sus cenizas, más perjudiciales muertos que vivos.
Las almas también se resfrían
Albert TuguesPerplejos en la ciudadÉl tenía, como argumento rápido, una excusa espiritual: les decía que las corrientes de aire le enfriaban el alma.
Una polilla en casa
Albert TuguesPerplejos en la ciudadEra incorregible. Se había enamorado otra vez. Otro amor efímero: esta vez una polilla.
El vertedero
Albert TuguesPerplejos en la ciudadY permaneció allí, entre las dos rocas, junto al precipicio, el resto de su vida, lejos de todo el mundo, como un ermitaño malherido.
Estrategias para sonarse la nariz en la vía pública
Albert TuguesPerplejos en la ciudad¿No es acaso más civilizado y de buena educación llevarse el pañuelo de ropa a casa y lavarlo?
Dos cervezas, por favor
Albert TuguesPerplejos en la ciudadEra así. Tomaba una cerveza y ya hablaba más de la cuenta, la muerte.