9:48 h:
Se me ha echado encima el 6 de enero, aún no he comprado los regalos y me acabo de despertar. Aunque puse el despertador a las 7, después de las 25 cervezas o así que me bebí en la fiesta y de acostarme más allá de las 3, ni lo he oído. Me tomaré 1 café y me pondré en marcha.
12:56 h:
¡Pero de dónde sale tanta gente! Llevo casi 3/4 de hora esperando en la cola de la caja y todavía tienen que cobrar a las 9 personas que tengo por delante. Creo que ya he oído el dichoso villancico de megafonía unas 78 veces.
13:48 h:
«Y sobre cámpana 2…» No me lo puedo quitar de la cabeza. Y con tanto barullo como hay en el metro, en vez de ir al andén de la línea 7 he acabado metida en la línea 6. El tren ha parado en 5 estaciones hasta que me he percatado y encima aún faltan 9 minutos para que pase el siguiente y me devuelva a mi punto de partida.
14:59 h:
Llego 2 horas tarde a la comida. Padres, hermana, cuñado y sobrinos, 6 ojos que me taladran porque, además, he olvidado en casa las 3 pastillas de turrón que me habían encargado traer. Ni que hubiese cometido el pecado número 8 a añadir a los 7 pecados capitales restantes.
15:48 h:
Buf, qué empacho. Estaba tan hambrienta que he sido incapaz de resistirme a esas 9 gambas con 6 cucharadas bien colmadas de mayonesa y las 7 costillitas que me he servido acompañadas de 2 jugosas patatas al horno. ¿Qué es esto, otro brindis más? ¡Y van 3!
16:27 h:
¡No me han dejado echarme ni 45 minutos de siesta! Podría haberme quedado durmiendo 8 o 9 horas más. «¡Los regalos, los regalos!», me han despertado a gritos mis sobrinos. Me cago en los 3 Reyes Magos.
17:29 h:
Muy bonitos los 4 pares de calcetines a rayas de 5 colores, obsequio de mis padres, aunque el pantalón de talla 38 de mi hermana no me entra ni a tiros. No sé si les han gustado mucho las 6 libretitas que he comprado, una para cada uno. Oye, pues son muy útiles.
21:59 h:
Tras más de 6 horas de confraternización familiar, ya es tiempo de marcharse. Mi hermana se presta a llevarme en su flamante Audi A8 y, de paso, contarme lo bien que se lo pasaron los 4 hace 3 días comprando artículos de broma en el tradicional mercadillo de estas fechas de la Plaza Mayor. Se lo agradezco, pero, francamente, prefiero volverme en mi habitual línea 7 de metro.
23:57 h:
He cambiado 9 veces de canal hasta que he podido encontrar una película sin temática navideña, pero tras 46 minutos de anuncios desisto en mi empeño de verla. Me voy a la cama, mañana me esperan mis consabidas 8 horas laborales y 1 o más aspirinas.