Hay amores que nacen muertos.
Desde el principio
se asiste a su entierro.
A otros los ahoga el tiempo.
Y luego están los imperecederos,
los que abandonas
antes de su defunción.
Hay amores que nacen muertos.
Desde el principio
se asiste a su entierro.
A otros los ahoga el tiempo.
Y luego están los imperecederos,
los que abandonas
antes de su defunción.
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