La medio-muerte

Isla Naufragio



Testimonio

Nos tienen fritos con que leer es muy importante, y a mí me vienen varias dudas incómodas para mi mente, como al árbol solitario azotado por el viento y las tormentas.

1- ¿Leer es una forma de morir? Leer es soñar, y el sueño y la muerte hermanos parecen. Si tienes al refranero en tu contra, no empezamos bien.

2- ¿Leer no es vivir a través de otros? Si es así, y es así porque lo que leemos lo han pensado y escrito otros, esa vida que se nos da no es una vida de primera, es una vida interpuesta, es una vida usada que se nos facilita por un módico precio para usarla durante unas horas.

3- Estoy hablando de novelas, no de libros de ciencia ni de filosofía. Para estos, sus errores y sus mentiras también tenemos respuestas. Novelas, cuentos hechos con mentiras o medio verdades que nos entretienen y nos hacen ser protagonistas identificándonos con otros que no somos nosotros. Y que nos hacen perder buena parte del tiempo miserable del que disponemos.

4- Ahora, por ejemplo, estoy leyendo Bloody Miami de Tom Wolfe, y me está haciendo perder mucho tiempo. 600 páginas. Ya voy por la 469. A una media de lectura de página por minuto y algo me salen 10 horas en una historia que no cambiará mi vida, pero como es entretenida no me deja en paz. Aprovecho cualquier momento para seguir con esta lectura y no puede ser que pierda el tiempo de esta manera. O sea, dejo de vivir mi vida para seguir la vida de unos individuos que no conozco y que, seguramente, en cuanto deje de leer el libro seguiré sin conocer.

5- No iba a decir el título del libro, porque seguro que alguno dirá pues no es para tanto, o qué gustos tiene, o qué sé yo, cualquier cosa para que ese uno se sienta más listo y más leído que los demás. Y seguro que lo dirá con ironía. En este libro también se puede leer que la ironía siempre va en detrimento de alguien. Si es así, mejor no digas nada.

6- Es la historia del agente Camacho y la enfermera Magdalena. Cachas él, buenísima ella.

7- La acción se desarrolla en Miami, una ciudad que me ha interesado siempre. El autor explica a su manera el ambiente social y las distintas culturas enfrentadas que allí se desarrollan, anglos, cubanos, negros, haitianos y rusos.

8- “Que la sensualidad haga superfluo el refinamiento que me falta”, piensa Magdalena cuando se pone un esplendoroso bustier y lo complementa con una falda a 45 cm de la rodilla. Y lo consigue. Al parecer hay reglas de uso que son como las matemáticas, ciertas y eficaces en todo momento y ocasión.

9- Este libro nos enseña la fábula del mono meón: “Inmoviliza al mono para que no pueda encaramarse a lo más alto”. En nuestro país no tenemos monos, pero es una fábula y seguro que cada uno sabrá encontrar su equivalente entre los que lo rodean.

10- Tierno Galván decía que “hay que leer como hacen los patos cuando beben, levantar de vez en cuando la cabeza”, señal evidente de que la lectura carga el cerebro, siendo una forma de descargarlo levantarlo para que se airee.

11- Cuando termine de leer el libro que les he dicho, tengo seis más esperando. Espero que no los encuentre tan adictivos y que la medio muerte no se me convierta en muerte verdadera. Leer no es vivir. O sí. Yo qué sé.


Tomás Del Hoyo, lector en horas muertas