Parece vencida,
ave sin voluntad,
pero su mente divaga
de rayo en rayo,
en busca del
do, re, mi, fa, sol
desde el sofá.
-En solfa la iba a poner…
yo, me, mí.
Tú pa mí,
tú pa mí,
ven pacá.
Y es la música de las esferas
tan celeste, tan pueril,
que, sin alas,
sueña volar
sin pensar que…
-Tú, te, ti
ni yo ni ná
ni yo ni ná.
Pero yo sé
de su alma el secreto
y el cuerpo,
¡qué más da!
Ya sin antifaz
ello, ella, él
¡qué más da!
No te equivoques,
parece vencida
porque así la miras,
la ves y la derribas,
gato atigrado panza arriba.
Solo que ahora ella,
tras besarte,
escupe tus besos
como diamantes,
derechitos, constantes,
a esa frente que late…
¡Ay, cómo arden!
-Tú pa mí
tú pa mí
ven pacá.
-Tú, te, ti
ni yo ni ná
ni yo ni ná.
El amor se va
desde el sofá
y el ave a punto está.
Echar a volar.