De mi familia conservo pocos enseres. Unos álbumes de fotos, algunos documentos, unos pocos libros y ninguna hacienda.
Mi padre en Semana Santa
Lluís BoschLa sombra liberadaA la hora de los postres, mi padre pidió que se callaran todos porque debía contarles algo. Empecé a temblar por las piernas y luego por todo el cuerpo.
Achab en la isla d’en Colom
Lluís BoschLa sombra liberadaLos pobres de aquellos tiempos nos podíamos permitir una sesión de cine semanal.
Faulkner en Guadix
Lluís BoschLa sombra liberadaAl lado del cartel, de hierro oxidado y letras blancas de un blanco como el de la cal que cubre las casas del pueblo, está el único castaño viejo.
El ritual, como un cuento gótico
Lluís BoschLa sombra liberadaLa arena le teme al vacío, como los hombres.
Saludos de parte de Carlos Wieder, el poeta aviador
Lluís BoschLa sombra liberadaArriésgate por tu cuenta y riesgo. “¡La literatura no es para cobardes!”
La poesía es de homosexuales
Lluís BoschLa sombra liberadaMe pasó lo que le podría pasar a cualquier lector atento: me estremecí. Temí ser fileno por lo menos, ya que escribí varias poesías hasta los 17 años, más o menos.
El color de los sueños
Lluís BoschLa sombra liberada¿En qué colores sueñas, chavalito de piel oscura?
El día en que maté a Pilar Pedraza
Lluís BoschLa sombra liberadaTan atractivo era Alberto que yo, incauto como un cervatillo (e incluso imbécil), le presenté a Lidia Puigcercós sin presentir que Lidia iba a caer en sus brazos y no en los míos, como era mi proyecto.