El jugador número uno recogió su botín mientras el número dos, cabizbajo, salía ya por la puerta. El número tres, más lento, como su cerebro, seguía sin comprender. La ruina no entraba dentro de sus planes.
Daños colaterales
Dolors FernándezEl asombro del tritónTras la llegada de aquel muchacho, provisto de cables y cajas de diferente tamaño, muchas cosas cambiaron en el cubículo sin ventanas.
Odio
Dolors FernándezEl asombro del tritónOye, tú, te voy a decir algo: del odio también pueden nacer frutos cojonudos.
Brindis al sol
Dolors FernándezEl asombro del tritónSolo hubo que lamentar la pérdida de tanta belleza y dos lágrimas de licor en paradero desconocido.
Sobre héroes
Dolors FernándezEl asombro del tritónNo es fácil decir lo siento, ni siquiera cuando uno es el culpable.
El tucán
Dolors FernándezEl asombro del tritónContra la palidez de mis brazos, la exuberancia del tucán. Un castigo a mi desmemoria.
Invicta
Dolors FernándezEl asombro del tritónParece vencida / ave sin voluntad / pero su mente divaga / de rayo en rayo / en busca del / do, re, mi, fa, sol / desde el sofá.
La cremallera indescifrable
Dolors FernándezEl asombro del tritónEntre la vida y la muerte, solo una cremallera que se bifurca en medio del caos, indescifrable.
Rex iudaeorum
Dolors FernándezEl asombro del tritónY es que los triángulos amorosos, verdaderos o ficticios, no son tan fáciles de gestionar (…)