¿Qué profeta enviado sería capaz a estas alturas de diferenciar entre el veneno
y el antídoto cuando se trata de la historia y la especie humana?Juan Francisco Ferré
Novela extensa y multirreferencial, está encabezada por el epitafio del más ilustre e inquietante de los escritores de la ciudad de Providence (Rhode Island): Howard Phillips Lovecraft: I’M PROVIDENCE. El ejemplar de mi gabinete corresponde a la primera edición de la obra (2009) y reposa al lado de un par de antologías del creador del llamado “terror cósmico”. Porque la portada de la novela (de Aina Lorente y Agustín Fernández Mallo) es toda una declaración de intenciones: una fotografía de HP Lovecraft “warholizada”.
J.F. Ferré (entre 2005 y 2012 profesor de literatura y cine en la Universidad de Brown —Providence—) comenta en una entrevista que en la portada se resume el enfoque de la novela. Por un lado, la América de la publicidad, de plástico brillante y, por otro, su contrapunto gótico, oscuro, terrorífico. El protagonista, un director de cine español que debe dirigir una película en Providence y que da algunas clases sobre cine en su universidad, hace un viaje vital que a menudo no sabemos si se trata de pura fantasía. Una confusión que acaba devorándolo.
La lectura de la obra no es sencilla. Resumirla aquí, una proeza de la que me siento incapaz. Pero sus páginas me han proporcionado momentos de felicidad ante el despliegue narrativo que ofrece, mostrando una América llena de dobleces y personajes apasionantes. Un artefacto literario palpitante que, en palabras de Santos Sanz Villanueva, consiste en “una ideación novelesca fracturada: estampa costumbrista crítica, fanta ficción, libro de viajes, recreación histórica, descenso a ultratumba, alegato socio político, novela ensayística intelectual culturalista, novela erótica o relato psicologista”. Ahí queda eso.
Para exhumar el poema utilitzaré el número 47, ya que presenta tres coincidencias: la edad del autor cuando se publicó la obra, la diferencia entre el año de nacimiento y muerte de HP Lovecraft y el número de letras presentes en su lápida.
La traba consiste en crear una serie cuyo principio son las páginas de la obra que contienen el número 47 y, para conseguir un poema de más extensión, sumar sus dígitos y, posteriormente, sumar ambas cifras. Así:
De cada una de las páginas elegiré un verso para el poema, siguiendo el orden de fila a fila (a, b, c… = 47/11/58/147/12/159…). Dado que la página 12 no contiene texto, he visitado en dos ocasiones la página 13. El título del poema es la cita inicial de la novela:
I’M PROVIDENCE
Con su falsa apariencia
Providence
dice lo mismo:
fondo escabroso de esa garganta.
Vine a Providence.
Aprehender esta ciudad,
la embriaguez deseada
la promesa de poder
el rumbo infalible
una dosis de polvo azul
hacia el éxito.
Entre mis muslos
cada vez más impaciente
mi mujer francesa
lo sabía todo.
En cualquier sitio
era bella.
Así es como Providence circula.