Exhumación poética de “Crónicas de motel” (Sam Shepard

Gabinete de labios periféricos


Sam Shepard (1943-2017) fue poeta, narrador, guionista, dramaturgo, actor, director de cine y músico. Un animal creativo. Su obra Crónicas de motel (1982) está en mi gabinete desde principios de los 90 junto a otras obras del autor y cuenta con la traducción de Enrique Murillo.

El libro está compuesto por breves textos y poemas. Fragmentos datados y localizados (Homestead Valley, San Anselmo, Bluewater, Santa Rosa, Coachella, San Francisco…) que plasman algo parecido a una road movie llena de recuerdos y de escenas que nos describen un territorio lento y fronterizo, azotado por el sol. Un texto muy poético, repleto de imágenes, de pequeños escenarios, de dioramas dramáticos de soledad, que componen un extraordinario y memorable retablo narrativo que incluye algunos poemas.

Crónicas de motel también fue el origen del guión de una película que, desde mi punto de vista, aglutinó lo mejor de tres creadores de altísimo nivel: París, Texas (1984, ganadora, entre otros galardones, de la Palma de Oro de Cannes del mismo año). Dirigida por Wim Wenders (sí, aunque no lo parezca, la película es alemana), con el guión de Sam Shepard y Ray Cooder como compositor de la extraordinaria banda sonora que acompaña a las andanzas del extraviado Travis, interpretado de manera magistral por Henry Dean Stanton. Se ha dicho que el silencio de su personaje engrandece su profundidad. Así sucede también con las breves e inolvidables páginas de Crónicas de motel

Para exhumar el poema utilizaré las coordenadas de localización del pueblo de Paris (Texas): 33°40′5″N 95°32′38″O. Sumando sus cifras, 3+3+4+0+5+9+5+3+2+3+8=45. Y 4+5=9. Así, desde la página 9 (la primera del texto) hasta la 144, obtendré un verso de cada nueve páginas hasta componer un poema que he titulado como la película cuyo guión es de Shepard. Dos salvedades: dado que la página 27 está ocupada por una fotografía, he obtenido el verso de la 28; el último verso, que debería exhumarse de la página 144, lo ha sido de la 142 (última de la obra).

París, Texas

Detrás del asiento trasero del Plymouth
no cabía el arrepentimiento.

Kilómetros
a México
hacia la luna.

El no poder escribir
ante todo.

Los codos metidos en la noche
como si fuese una criatura del viento
que había contado un sueño sobre Arizona
(algún sueño
atraviesa un sueño
como un demonio asustado).

El viento,
la mañana:
sus ojos se cierran.