Este año en casa hemos decidido montar un belén costumbrista. He encargado un pequeño letrero de neón con las palabras “Monstruo Independentista” que dará vueltas sobre el nacimiento para que nadie preste mucha atención a lo que hay debajo. Nos ha salido por un pico, pero sabemos que merecerá la pena.
Habrá un pequeño número de pastores arremolinados en torno a la cafetería para pillar wifi gratis. Nos ha dado algún problema el servicio de lavandería, en principio habíamos pensado subcontratar, pero al final hemos optado por fabricar billetitos de cinco euros para pagarles en negro. Las niñas se lo están pasando genial y confiamos en que esto reflote el negocio.
Tampoco tenemos río, total para qué. En su lugar nos ha quedado un cauce precioso lleno de modernas paredes cuajadas de grafitis y familias sudamericanas haciendo picnic.
Como estamos en Valencia y en honor a la terreta, hemos hecho una versión trencadís de la torre de Herodes, una bella estructura que se cae a pedazos y es incapaz de cumplir con la misión para la que fue creada.
La virgen María y el niño Jesús no están. A estas horas tienen eso del “Yoga para Bebés” en el centro de crianza súper natural y necesaria. Y al bueno de san José lo hemos dejado prácticamente igual. ¡Gracias al cielo es un personaje que se adapta perfectamente a cualquier época! De hecho ha bastado con añadirle una bicicleta y lavarle la barba.
Pese a las reticencias del abuelo habíamos pensado montar una mani, pero entre que los sindicatos no lo ven y la gente está de compras nos ha quedado bastante pobre.
Al fondo estamos desmantelando un ambulatorio, haciendo juicios políticos y desahuciando a los familiares del caganer por incívicos y mal pagadores. Pero mira, mira, ya traen el cartelito de neón. Mira como brilla.