El mundo se muere

Chamanita Muskaria

 

El mundo se muere

entre los brazos de todos los que no supieron amar.

Amar el aire de ese segundo que bastaría para decir

vámonos a donde queramos

me importa un carajo dónde y la pasta que me queda encima

o debajo de la piel.

En la cama de un hospital el dinero no es más que humo.

¿Somos muertos de amor al instante que se cierne?

Antes de la muerte física hay por lo menos 1000 muertes cotidianas:

soledad, ansiedad, depresión, impotencia,

rabia, dolor, insomnio, hambre, frío, abuso, locura,

miedo, abandono, tristeza, indefensión, ahogo…

y lo peor es que no te estás enterando de nada, joder.

 

El mundo se muere

entre los brazos de todos los que no supieron amar.

Anestesiado en cárcel mental,

sigues arrastrando tu cuerpo cansado

de tanto pensar en el cuándo

y a cada instante tu vida a medio hacer se cuela por el váter.

Te amo te amo te amo grito por las calles de todas las ciudades y pueblos

barrios, canchas, plazas, callejones del mundo que albergan a otros yo;

tortugas, árboles, mujeres, pájaros, hombres, piedras, niñas,

gatos, trans, ancianos, recién venidos, recién muertos…

con desaliento y cepos en los ojos de tanto tirar del carro

por la autovía que conduce al matadero.

 

Mi abuelo Antonio soñaba con la lotería en la cuerda floja del ojalá

peld-año tras peld-año

esperando un sueño de gloria

que llegó en forma de 5 números y flores de plástico.

 

El mundo es asesinado por todos los que no saben amar

Antes de eso los buitres de sonrisa impermeable

se encargarán de recoger tu paga religiosamente en cómodas mensualidades

para que puedas cubrir tu último viaje.

Y mientras tanto… más humo, coca, cannabis, alcohol, anfetas, crack, opio, heroína,

cristal, televisión por cable y todas las drogas sintéticas que ayuden a olvidar

el réquiem por un sueño en esta realidad que, muchas veces, apesta.

¿Qué hacer con el dolor del mundo?

 

El mundo se muere

entre los brazos de todos los que no supieron amar.

Me duele el insomnio giratorio de Diego

me duele la impotencia visceral de Andrea

me duele la angustia ancestral de María

Los laberintos mentales del mundo se personifican

en cada uno de nosotros

frágiles y perdidos ante tanto todo

Se unen de forma torpe

los acontecimientos que nos llevan al nicho diario.

¿Qué hacer frente a tanta nada?

Palabras y caramelos de menta

manos que se vuelven atlas

guiños cómplices de camaradas que saben de lo extraño de la existencia

que se antoja dura como árbol, corteza, piedra.

Me duele el dolor del mundo y no es hipérbole

Me duelen las heridas de Laura, el cáncer de Joan, la esquizofrenia de Silvia.

 

El mundo se muere

entre los brazos de todos los que no supieron amar.

El empresaurio sin corazón cuenta sus ganancias

tras explotar vidas como si fueran fichas de dominó

y se limpia el alma con scottex 3 capas

igual que los banqueros —que casi nunca son anarquistas—

y roban pensiones sin que les tiemble el pulso

a cambio de un rancio calendario con su icono año tras año.

Rabia, rabia, rabia… OOOOOmmmmmmmmmmm

Y los aniquila sueños o aniquila vidas dignas

de obreras de extrarradio, emigrantes, inmigrantes,

refugiados, sin techo, sin papeles…

etiquetas como en el centro comercial:

“excedente de población, detritus humanos en sociedad líquida”

por no tener cash en la capitalizada vida posmoderna

Pero no te preocupes porque siempre hay recetas secretas…

¿Auto-ayuda o marketing la hostia de rentable?

 

Por solo mil euros te enseño mi infalible método en 7 pasos

directo a la salvación:

Próxima estación: el paraíso terrenal para que vivas en abundancia y felicidad absoluta

aunque te echen de tu casa, no puedas encender la luz ni la calefacción,

aunque tengas la nevera vacía y las deudas te persigan como termitas.

 

El mundo se muere entre los brazos de todos los que no supieron amar.

Te amo, te amo, te amo, le grito a mi rabia,

que se hace furia y arrasa contra la desfachatez de los que no saben lo que cuesta vivir

con estas ganas de bombardear este sistema

que para algunos es una mina.

Luz, hace falta mucha luz.

Corre, corre, corre. que el mundo se muere y tú con él.

Por no saber amar el instante y armarte con catapultas

que dinamiten este sistema rancio, caníbal y explotador

con toda la luz que llevas dentro. Esa luz no tiene precio.

Que explosione el cerebro de los asesinos del mundo

que no saben ni sabrán amar más que el dinero que les da nuestra miseria.

Que nuestra digna miseria sea el punto de partida

para la revolución verdadera, la que nace del vacío de las entrañas,

del ruido inextinguible, de la angustia existencial.

Fulgor extremo que ciegue de una vez y para siempre

a los asesinos del mundo que no supieron, ni saben, ni sabrán. Amar.

 

De un tú a otro tú. Un nosotrxs imparable.

Nosotrxs, sí, sabemos AMAR.

 


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