La casa de mi abuela estaba llena de mujeres que vestían de negro. Mi madre vestía de negro también.
La intro de una canción ya cantada
Anae VaeVerdades enajenadasDe repente, la distrajo ese «clin» tan disruptivo de messenger.
¿Quién te quiere ausente?
Anae VaeVerdades enajenadasEs, simplemente, que se vive desafinado. Es, solamente, que se baila sin coreografía.
La importancia de un hilván
Anae VaeVerdades enajenadasMis descosidos son todos esos que parecen personas normales.
A cachos hirientes
Anae VaeVerdades enajenadasSus manos entre el café y el aguardiente y su corazón lleno de cachos hirientes de Carmela.
Hay que ser hijo de quien te ahíja
Anae VaeVerdades enajenadasCuando no sabes quién eres, te puedes permitir el peligroso despilfarro de ser quien quieras.
A veces la vida no te sabe vivir
Anae VaeVerdades enajenadasCuatro años de vida y sin saber qué hacer para engancharme a ella. Eso era todo lo que había en mí.
Oxígeno
Anae VaeVerdades enajenadasEsta mañana me levanté con ganas de desempolvar a aquella mujer perdida en el recuento. La imprudente, la de tanto reír y tanto llorar.