Lluvia

Chamanita Muskaria


Llueve en la ciudad

el agua se cuela por las aceras

como mercurio

las cebras de asfalto

cabalgan silentes

en charcos de herrumbre y neón

mastico la urbe como se muerde un pómulo, a dentelladas suaves, molares.

Te miro de lejos

y la niebla nos acecha sin piedad

la ropa tendida pende de un hilo, mojada.

Se difumina el rostro

y cae la lluvia, amenaza con borrar el rastro, el hueso, el beso.

Contra todo pronóstico,

las hierbas salvajes

diminutas y testaduras

siguen iluminando este suelo

cual cometas de calle y barro

todo sucede en

este barrio, esta ciudad, este cuerpo

y la lluvia cae mientras escribo.



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