En la vida puede ocurrir todo, y casi siempre nada.
Michel Houellebecq
Ampliación del campo de batalla es la primera obra que leí de Houellebecq. Con traducción de Encarna Castejón, el ejemplar anida en mi gabinete al lado del resto de las obras del autor, incluida su impresionante poesía. La lectura de esta su primera novela fue para mí una revelación. El estilo sobrio y directo, junto al contenido crítico y demoledor me emocionaron. Soy houellebecquista, aunque escribirlo no resulte fácil.
Creo que Houellebecq es uno de los escritores que han merecido más etiquetas: enfant terrible, indecente, obseso sexual, cínico, islamófobo, polémico, profeta, visionario, escandaloso, machista, pederasta y un largo etcétera de adjetivos que, como casi siempre, tienden a confundir al escritor con sus personajes o lo que hacen o dicen sus personajes. El periodismo le adora, puesto que ofrece titulares con la misma facilidad con la que empalma un cigarrillo tras otro. Con Houellebecq, Francia ha podido disponer de nuevo de un literato superstar tras décadas de sequía.
Lo que fascina en esta obra, como en las que la han sucedido, es ese descarnado análisis de la sociedad europea occidental, en especial la francesa. Sin piedad, el autor desgarra los tópicos y las creencias y describe al hombre perdido en un mundo apresado por una hipocresía social que reduce el papel del ser humano al de consumidor pasivo, cada vez más incapaz de reflexionar acerca de lo que significa estar vivo y relacionarse con sus semejantes. Como se afirma en la obra que aquí será poéticamente exhumada, «A este mundo le falta de todo, salvo información suplementaria». La depresión del protagonista es la depresión punk del “no future”. Su mensaje no es esperanzador pero, dadas las circunstancias actuales, un mensaje realista no puede serlo. No en vano ha sido calificado de “profeta del malestar”. Pero que nadie se asuste. Leer a Houellebecq es darse de narices con una literatura de alta calidad que, tras una aparente simpleza de recursos, nos deslumbra con un estilo que atrapa y nos hace transitar sobre la contemporaneidad neoliberal y sus prácticas deshumanizadoras. Resumiendo y en palabras del autor: “De todos los sistemas económicos y sociales el capitalismo es, sin duda, el más natural. Eso ya basta para indicar que es el peor”.
Para exhumar el poema restaré del año de aparición del libro el año de nacimiento de su autor: 1994 – 1956 = 38. Y 3 + 8 = 11. De este modo, desde la página 9 (primera de la novela) hasta la 174 (casualmente, última página de la obra), saltando de once en once páginas, tomaré de cada una de ellas un verso hasta componer un poema que he titulado como la última voz del mismo.
Frontera
Entrada la noche
el punto de partida.
Mis aprensiones
todo lo que he visto
un vacío
un peligro
la vida real
la impresión de que iba a palmarla
–una especie de desgreñamiento temporal
sobre el mundo–.
Y luego
a mi lado
inusualmente violento
un gran silencio.
Harto de mí mismo
siento la piel como una frontera.