Del revés

Entre líneas


Hubo un día que supiste que avanzar no era ir hacia adelante, avanzar era tratar de descoser la realidad de lo que el tiempo había ido zurciendo en ella.

Ese día tu vida se volvió pájaro, los relojes se detuvieron y la ciudad se cubrió de blanco.

Al principio me extrañó ver cómo te deshacías de todas tus cosas. Contemplabas los objetos antes de abandonarlos, doblabas la ropa y la envolvías antes de apilarla cuidadosamente.

Cada lunes bajabas algunas cajas a la calle, lo hacías siempre al final del día, para que se desvanecieran en la niebla como la noche. 

Ahora que lo has vaciado todo, la casa respira aliviada, y el espacio sin objetos luce mejor. Nunca hubieras imaginado lo bien que se vive sin. Decir sin es como decir pájaro, decir ausencia o decir silencio. 

Ya de noche, nos acurrucamos bajo las sábanas y fingimos estar dormidos mientras soñamos que viajamos muy lejos, sin equipaje, ni billete de vuelta.

Te quiero sin, se oye como me susurras entre sueños.

Imagen @Lân