La saga de cuentos comienza, como empieza todo, por el principio. Y en este, un pequeño cuento de no más de seis folios en letra de generoso tamaño, están todos.
Soledad amena
Juan LópezLas cuatro elementasComo cada noche / Me beso en tu boca de lienzo de almohada
Eros y Tánatos
Juan LópezLas cuatro elementasCon curiosidad morbosa me acerqué al cristal y vi en el féretro una mujer que, al aproximarme, me contó:
Poeta de papelera
Juan LópezLas cuatro elementasNunca pensé en la posibilidad de que una idea, por endiablada que fuera, tuviera la facultad de producir dolor.
Je est un autre
Juan LópezLas cuatro elementasNo quisiera embriagarme en vulgares excusas como el “no sé” o “no puedo”, que dulcifican o atormentan al “no quiero”.
Noche nutricia
Juan LópezLas cuatro elementasNo sabía muy bien cómo abordar mi dilema. El agua se me hace tan serena que me turbaba la idea de beberte.
Eres agua
Juan LópezLas cuatro elementasEn el principio fue el Verbo. Pero recuerda que el Verbo se hizo Carne y la Carne es Agua.