Hace agostos que se secó la lluvia
que cayó el día
que empecé a arrugarme.
Me opongo transparente al irse la tersura.
Hay síntomas,
como las canas y el “de usted”.
Hay señales triangulares
que anuncian el abismo
como los nombres de doctores en la agenda.
Como la existencia misma de la agenda.
Hay necesidad de alargar cada frase.
Imitar el ritmo de la letra manuscrita.
Postergar de coma en coma el punto.
No es de ayer que ando muriendo,
despacito,
como Dios manda.
Pero aún queda batalla
en la pimienta que le brilla al casi ahora.
Esta tarde se prendieron mis dos ojos
al final de la espalda de un muchacho.
La muerte que hay en mí es
tan de color verde
que ni siquiera me he puesto colorada.
Ilustración: Collage de Susana Blasco. Colección Antihéroes.