Hace tiempo que no sé nada de ti.
Te fuiste y me dejaste dos puntos como quien ofrece un tesoro; me los dejaste encima de la mesita de noche, garabateados en un pedazo de papel que habías roto de algún recibo del gas o de la luz. La vida está tras esos dos puntos, dijiste; pero hoy, después de tanto tiempo, sé que tras ellos no hay nada.
La noche anterior habíamos estado hablando largamente sobre esos dos puntitos, decías que siempre preceden a lo que va a ocurrir, como si tras ellos la vida fuera una trama continua de desenlaces, y los desenlaces no fueran más que el umbral de otra trama y así hasta el desenlace final.
Ayer no lo pude tolerar más, cogí con rabia el papel con los dos puntos miserables que me habías dejado, lo estrujé con fuerza y contemplé como quemaba lentamente mientras la leña crepitaba con viveza. Ya no espero más de ellos, me han defraudado enormemente, había depositado mi futuro y mis ilusiones tras esos dos lunares negros que andan siempre tan juntitos como la benemérita… ¿para qué esperar más?, ¿para eso? No, no valía la pena.
Tantas tardes esperando a que sonara el teléfono o a recibir un mensaje tuyo o tal vez a que aparecieras por la puerta por sorpresa y con sigilo me cubrieras los ojos con tus manos y aguardaras a que adivinara quién eras para luego estrecharme con fuerza como quien por fin abraza el cielo o la luna.
Todo esto acabó para siempre, mi amor. Ahora por las tardes voy a clase de inglés; me decidí no hace mucho al descubrir casualmente un anuncio muy sugerente en internet. Aprendo rápido y me lo paso en grande, y el profesor…, ¡ah, el profesor! Lo hace muy pero que muy bien. ¡Qué dicción, qué porte! Este verano iremos a su pueblo, Margate, que está near to London. Ya me estoy aplicando en pronunciar bien los números: one, two… y, caramba, ¡qué bien suenan!
Ya no añoro esas tediosas tardes en que aguardaba tu regreso, ni tampoco esos dos puntos que me regalaste, porque dos puntos no son lo mismo que two points por mucho que el traductor de google se empeñe en ello, ¡y tú lo sabes!