Esta aldea global es un corralillo donde cada uno arrima el ascua a su sardina, hace lo que puede y justifica con verborrea sus acciones.
Por lo demás, el gran teatro del mundo continúa con su telón levantado.
El espectáculo mediático, político, deportivo y otros artefactos antiestéticos que contemplamos sin rubor no son otra cosa que vendas opacas que sirven para ocultarnos la belleza, o sea, la verdad.
Nos quedan, sin embargo, la poesía y la belleza toda.
Disponemos, eso sí, de lentes de aumento con la curvatura adecuada que nos permiten ver con más detalle, a saber:
– Bach
– Miguel Ángel
– Brunelleschi
– Dante
– Homero
Añadamos a esto la ironía, el buen humor y el buen vivir.
Al final queda, ya lo dijo Pla:
– el amor filial,
– cuatro o cinco versos de la Divina Comedia,
– la escultura griega
– y un buen plato de macarrones.