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Todos los días colgados en el tendedero.
Sujetos con algunas pinzas, alguna rota, alguna colorada.
En cada pinza dos puntas unidas, o tres.
Faltan asideros.
Todos los días bien estirados,
volando las mangas,
del revés y boca abajo.
Secarse al sol.
A ver si esta vez conservan el olor a limpio un rato más.
A ver si mañana me pongo el día nada más recogerlo.
A ver si se salva alguno de acabar apolillado.
No es buen lugar el armario para guardar la primavera.
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Fotografía de Susana Blasco.