Cada ocho semanas
se acelera la vida
en los pasos de la ausencia.
Muere un ciclo y nace otro,
sin que nada cambie en el paisaje;
la misma dejadez de los ríos recorriendo sendas doloridas.
Mañana piarán los pollos; puntual llegará su alimento
y los veré comer, pasando hambre.