¡Escupid a los altares!
No sea que se sequen los pesebres
y los novicios equivoquen
sus inspiraciones espirituales…
…o espirituosas.
¡Clamad con las manos unidas
al prístino decidor!
Quizás vuestras trovas puedan errar
sus intenciones y obrar
maledicencias malditas…
…o meditadas.
¡Sazonad con sal los dulces
que empalagan la dulce dulzura!
Con ello podréis esquivar
las parafernalias lumínicas
que opacan las fatuas emociones…
…o visiones.
¡Espantad las elegantes
miserias disfrazadas!
Así, vestid andrajosos trapos
para ridiculizar a quienes
lucen hábitos habituales…
…o habilitados.
¡Ahumad los crasos manjares!
El aroma etéreo de las mesas
se disipará para desmembrar
la penetrante bruma incensaria…
…innecesaria
¡Romped con rabia y meaos
sobre los aterciopelados parabienes!
Esquilmaréis con ello
la persistente memoria
de los roces y de las heridas.
Quizás penetréis la luz…
…o las sombras.