Grillos y chicharras, a algunos nos gusta oír su canto en las tórridas noches del verano. A otros les disgusta o los enloquece. En realidad, no cantan: estridulan, ese es el vocablo que designa el sonido que emiten. La principal función de ese estridular consiste en atraer una pareja sexual. Los humanos (los que necesitan hacerlo) para tal fin recurrimos a Tinder u otras redes sociales cuyo fin es también atraer parejas sexuales. Pensad un poco, amigos, la evolución natural de las especies ha recorrido millones de años para ir del chirrido de grillos y chicharras a Tinder: más sofisticado, más tecnológico, más silencioso, rápido y variable, pero al fin y al cabo portador de la misma función y la misma intención. Sí, el uso las redes sociales para hallar pareja es equivalente al estridular de estos insectos. Del mismo modo podría decirse que el cri-cri nocturno es el Tinder de grillos y chicharras. Tenía razón el Eclesiastés: nada hay nuevo bajo el sol.
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