El entierro (soneto)

Ultramarinos y coloniales


Donde se junta el mar y el infinito,
bajo un cielo de magnos luminares,
habitan los silencios y pesares,
que emiten con frecuencia un sordo grito.

Es el amor, sin hojas, ya marchito,
que en noches otoñales y lunares
lanza al viento sus llantos o llorares
de aquel querer que ha sido ya proscrito.

Preguntaba el poeta enamorado:
¿A dónde irá el amor cuando se olvida?
Es claro, sin dudar, al cementerio.

Con urgencia, seguro fue enterrado
para evitar que sangre tal herida
siendo dolor de eterno cautiverio.