Romanos

Los otros



Stanislao (de Kotzka, véase Sant’Andrea in Quirinale) y Marinel.lo Ruffian (los nombres los pone Dios y que il Papa lo benedica) mantienen largas discusiones sobre el Ser y la Nada, mediante wasaps. Así quede constancia per in eternum, ¿verdad, Vd.?

Stanislao, complet blue ed scarpe nere, es romano y conspicuo tiffoso de la Lazio: tiene en un altar al grande Chinaglia, tristemente sparito tropo giovane, que no es Balzac, pero todo el mundo tiene mitos por descubrir. Trabaja de noche en la discoteca «La bambola d’oro», pero el mediodía lo cede a la filosofía. La «nada» on line.

—Y el Ser, ¿no cree?

—Una cosa lleva a la otra.

Ruffiano llegó a Roma de niño proveniente del misero sur y ahora canta tarantelle como nadie. Más nuevo romano, imposible. Viste de irrefutable estilo «me adapto fácil»: blue jeans scolorati, camisa blanca a lo Sánchez, y calza náuticos descalcetinados impecables.

Stanislao y Ruffiano se conocieron en una peluquería clandestina cerca de Via Merulana llamada «Il pasticciacio»:

—¿Me puede hacer un corte como el del señor?

—¿Anche la barba?

Se é possibile, anche la barba.

Y allí se cimentó la amistad que el Whatshap y las discusiones filosóficas han hecho irreversible.

¿A machamartillo?

—No lo había pensado, pero creo que sí.

Stanislao y Ruffino se buscan a media tarde en Wikipedia sin éxito.

—El reconocimiento, a veces, necesita tiempo, ¿verdad, Vd.?

—No lo dude.

Fotografía subrepticia del autor


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