El eco del recital

Susurros a bocajarro

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Una noche más, la vuelta a casa
con la miel de su palabra entre las sienes
y la envidia otra vez en los zapatos.

Vi allanarse las aristas de sus versos
y yo, privilegiada, la oreja llena de ellos,
los reverbero curvos en el regreso.

Me creo contagiada del genio del poeta,
de ese que no soy ni seré nunca:
la catarsis me ha olvidado la certeza.

Tiraré la toalla cuando abra la libreta
con la pluma atascada en una hora
en la que fui espectador del yo soñado.


Fotografía de Susana Blasco