Soporta el peso del cuerpo en posturas tanto estáticas como dinámicas
Llegados a este punto, confieso:
si poso mi mano aquí,
justo aquí,
luego me acerco despacio
a tu mejilla
mirándote a los ojos sonrientes
y dejas que mis labios se unan a los tuyos,
intensos,
es que me tienes cautivada.
Y además informo:
si haces lo mismo conmigo
cuando me vuelvas a ver
ya podemos empezar
a amarnos bien.