Micky Temblores – Cabiria

Penúltima escena


FILO. —        Hola.

MICKY. —    Hola.

FILO. —        ¿Tú eres Micky? ¿El Temblores?

MICKY.         «¿Le contesto lo que me gustaría o paso de largo y me hago el tonto? ¿Quién es esta mujer?».

MICKY. —    Micky, sí. El Temblores, no. Me llamo Micky Temblores.

FILO. —       Disculpa, pensé que era un apodo. No te enfades, no lo dije con mala intención. Te he saludado porque soy amiga de Marisol, la de la floristería, y justo ayer me habló de ti. Me contó un viaje que hicisteis juntos a Madrid y me morí de la risa. Te quiere muy bien, por cierto.

MICKY.         «A saber qué parte del viaje le habrá contado…».

MICKY. —    No me enfado, es cansancio.

FILO. —        ¿Soy la primera o ya te lo habían dicho antes?

MICKY. —    ¿La primera? No, si fueras la primera estaría nervioso.

FILO. —        ¿No me digas que te acuerdas de la primera?

MICKY. —    Claro que me acuerdo, la primera nunca se olvida.

FILO. —        Me llamo Filo, Filomena Calabaza.

MICKY.         «Filo, con ese nombre te lo perdono todo».

FILO. —        ¿Y esa cara?

MICKY. —    Me encanta tu nombre. ¿Tú te acuerdas del primero?

FILO. —       Sí, el primero nunca se olvida.

MICKY. —   ¿Si tuviéramos una hija qué nombre le pondrías?

FILO. —       ¡Vaya pregunta!

MICKY. —   Si no quieres, no contestes.

FILO. —        Mmm… No sé, me has agarrado desprevenida. ¿Tú que nombre le pondrías?

MICKY. —    Cabiria.

FILO. —        ¡Cabiria! Pobrecita. ¿Por qué?

MICKY. —    Porque los hijos deben superar a los padres y por una película italiana muda de 1914 que vi ayer.

FILO. —        ¿Era buena?

MICKY. —    Extraordinaria en su momento, pero creo que hoy poca gente la apreciaría así. Es épica y el juego de la cámara es único.

FILO. —        ¿Eres muy cinéfilo?

MICKY. —    ¿Cuántas películas tienes que haber visto para considerarte cinéfilo?

FILO. —        No sé. ¿Cien?

MICKY. —    Entonces soy mucho más que cinéfilo.

FILO. —        Me gustaría haber estado ahí.

MICKY. —    ¿Dónde?

FILO. —        En la película.

MICKY. —    ¿Quieres decir, viéndola o participando?

FILO. —        Participando.

MICKY. —    No te imagino en una película muda.

FILO. —       ¿En qué clase de película me imaginas?

MICKY. —    En una de acción y hablada.

FILO. —       Lo que me ha llamado la atención es que sea épica y lo de la cámara.

MICKY. —   Entonces hablada, con acción y épica.

FILO. —       Te encanta jugar con las palabras, ¿verdad?

MICKY. —   ¿A qué estamos jugando?

FILO. —       A hacer una película. ¿No?

MICKY.        «Está claro, le contó todo el viaje».

MICKY. —    Yo me tomo el cine muy en serio y tengo mis gustos. Si hiciera una película sería muy visceral y llena de sorpresas.

FILO. —       ¿Y la cámara?

MICKY. —    Al hombro, estilo documental. Realista.

FILO. —       ¿Y cómo terminaría?

MICKY. —   Con un final feliz.

FILO. —       Suena bien tu película.

MICKY. —   ¿Te gustaría verla?

FILO. —       Me gustaría hacerla.

MICKY.        «Esta mujer quiere ir a Madrid».

MICKY. —   Eres muy directa.

FILO. —       Hay una cosa que no te he dicho.

MICKY. —   ¿Qué?

FILO. —        No es solo el primero el que nunca se olvida. El último tampoco…Hasta    que deja de serlo.

MICKY.        «¡Ay Dios! ¿Por qué has dicho esto? Con lo bien que íbamos. Acabas de abrir la caja de los truenos».

FILO. —       ¿Micky?

MICKY.        «Así sería si no fuese por Lola. No es ni la primera ni la última, pero ahí sigue…».

FILO. —       Holaaa… ¿Estás aquí?

MICKY. —   Sí, disculpa.

FILO. —       Te fuiste, te quedaste absorto. ¿Puedo saber en qué pensabas?

MICKY. —   En películas.

FILO. —       ¿Y la nuestra? La de la cámara al hombro.

MICKY. —   Dame tu teléfono y te llamaré.

FILO. —       Vaya, pensé que podía ser hoy.

MICKY. —   Me encantaría, pero hoy es imposible.

FILO. —       No sé si tomármelo bien o tomármelo mal. ¿Tú cómo te lo tomarías?

MICKY. —   Mal, muy mal.

FILO. —       Estábamos hablando de lo mismo. ¿Verdad?

MICKY. —    Sí, de lo mismo.

FILO. —       ¿Entonces qué hago? ¿Me indigno y te mando a la mierda? ¿Tú qué harías si fueras yo?

MICKY. —   Yo no te mandaría nunca a la mierda siendo yo, pero siendo tú seguro que lo haría.

FILO. —       ¿Estás seguro?

MICKY. —    Segurísimo.

FILO. —        ¡Pues vete a la mierda!

MICKY. —    Bien hecho Filo, no pierdas nunca la dignidad. Adiós guapa.

FILO. —       Adiós tonto.

MICKY.        «No sé si me estoy haciendo mayor, necesito un sicólogo o Lola me ha hecho un conjuro…».

(Continuará).