Podredumbre y dureza

El martillo pneumático

 

Un animal que ha sido cazado tras una carrera, segrega al correr una gran cantidad de adrenalina que se filtra entre sus fibras musculares. Debido al esfuerzo de la carrera, sus carnes se tornan duras y son rechazables en una buena mesa. Por este motivo, las piezas cobradas en caza, deben dejarse colgadas unos días para que se ablanden sus carnes.

Dicen los gourmets más reputados que es preferible el sabor algo putrefacto de la vianda que la aspereza de una carne recién cazada. Por otra parte, aquel tufo de podredumbre puede suavizarse con la adición de ciertas especias, chocolate o hierbas aromáticas.

Yo creo, sin embargo, que dándole a la pieza una buena tunda con una tabla o un palo de enebro se pueden ablandar las carnes sin tener que recurrir a la asquerosa sesión de cuelgue.

Algunas literaturas deberían haberse sometido a una sesión de cuelgue. Más que textos duros, lo que se necesita es literatura más gustosa aunque esté un poco podrida.