Transmutaciones

Pneumas

La reiterada existencia del can,
transmutado en verde,
se sublimó hasta tal punto
que desorbitó
los oculares basaltos
semiadocenados.

De todo modo
el agua caía con negritud,
deslizándose
por las impapables
orejas caídas
que escuchaban desde lo alto
todo lo que vivificaba
allá,
en lo bajo.

Y las triquiñuelas
descorazonadoras
florecieron por vez primera
entre los desconciertos
de las tejas arrambladas.


Ilustración: Kristian Jones Art.


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