Sainete de la vida romántica de los impuestos

Perplejos en la ciudad

 

Vida con impuestos es lo que anhelo para ti. Vivir no sería posible sin ti y sin mí, que llevo la flor del IVA aquí, en el ojal.

La vida tendría menos sentido y valor sin el impuesto añadido, el impuesto que añado a tu vida para encarecerla como se merece.

“Cualquier impuesto añade valor a la vida, y, encareciéndola,  se vuelve más preciada y valiosa”, te recito, querida, bajo la luna menguante.

Otro año más, te digo, reitero y repito otra vez: “Ahora te subo el impuesto, ahora te lo bajo. Este impuesto, aquel impuesto; ahora te lo pongo, ahora te lo quito”. “Ahora doble te lo impongo para que me recuerdes más y me ausente menos de tu vida”, te confieso de noche y de día.

¿Llevas puesto el impuesto de moda de este año? ¿No? ¿A qué esperas, pues, alma mía? Que el impuesto es cosa de dos, lo sabe todo el mundo, y todo amante que se precie: quien da y quien quita.

¿No te impone esta primavera el impuesto que te pongo, que te impongo si no lo llevas puesto, si no vas a la moda del impuesto que ahora toca y se lleva?

Te recomiendo una talla XL de impuestos, o una L, o una M, más ceñida, si no hay más remedio, que te gusta coquetear, dices y pregonas. Escoge, pues, esta vez, el diseño y la talla de impuestos que mejor se adapte a tu estar sin estar, como en los desahucios, ya me entiendes. Mira que si mis consejos no atiendes, vendré para quedarme y te impondré una talla más estrecha aún, y ya no me querrás tanto, con tanto impuesto apretando las dulces carnes.

Una talla a tu medida, vestido de modista, sería lo conveniente, oh querida, que no te hiciera tropezar y caer cuando bailes, el impuesto, incrementado por el tiempo perdido con tanto vals fiscal.

Debes confiar más en el impuesto que no pasa de moda, y usar el vestido clásico que, despechada,  olvidaste y no quisiste recuperar del armario, a su debido tiempo, antes de la fecha señalada.

Y ahora, sin más demora ni canto, debes ir a buscarlo y ponértelo en seguida, no por montera, como querrías, sino por encima de las bragas y los sostenes del nuevo impuesto, cuyo diseño vintage está de moda esta temporada.

Así es como llevarás encima dos impuestos en uno: el antiguo y el moderno; uno, encima; otro, debajo, estilizando tu figura hasta desvanecerse.

Cuidado al andar, te advierten, y no tropieces con tantas prendas de impuestos, no vaya a ser que te mates a impuestos y ya no podamos colocarte otro encima, con nuevo diseño: el impuesto de mañana que ya estamos diseñando para ti, sólo para ti, que lo eres todo para nosotros; pero que, ay, -atiende y no disimules, cari- no eres nada cuando te desvías y no llevas bien puestos los impuestos, que diría un sainete.