Me obsesionan los inventos para hacer ruidos los martes
y quedarnos dormidos en nuestras espaldas de plata
me obsesionan los currículums para trabajar en algo que enloquezca los dedos
los guantes de darle la mano a muchos alacranes
los carriles para correr por la primavera en dirección al invierno
los cocos calvos, joder, cocos muy calvos
los flashbacks de momentos que, si existieron, ya no se acuerdan
los espacios vacíos entre las gallinas
los termómetros que se angustian con las ventiscas y se ponen bufanda para salir de casa
los labios que sueñan con labios, los labios que suenan a labios
me obsesionan las pulseras caídas en el suelo para doblar el cosmos
y que yo llegue hasta ti
los walkie talkies existencialistas que te rebaten todos los argumentos
las páginas arrancadas del diccionario que al arrugarlas suenan a: ¡coño!
los átomos observados con el microscopio que, al ampliarlos mucho, sonríen
o un cactus que se muere de ganas de ser Bob Marley
me obsesiona escribir cartas con un hacha y un pastel
salir del psicólogo con forma de cruasán
los geranios y esa forma que tienen de no morir nunca
Iron Man saliendo de una chatarrería
un grupo de pingüinos jugando a las películas, y las adivinan todas, los jodíos
me obsesiona levantarme un día convertido repentinamente en mí mismo
me obsesiona que el aire contaminado de BCN entra en nuestros pulmones y al salir es poesía
me obsesiona pegar un vaso de plástico en la pared, escuchar atentamente, y de repente es verano
me obsesionan las bicicletas que dialogan con los pelos de mis piernas
me obsesiona que ayer un caracol atropelló en voz baja a una república centroeuropea
me obsesionan los organismos unicelulares con personalidad múltiple
me obsesiona comprar el periódico y que la portada te pregunte el titular, y tú le digas:
HALLADA HORCHATA QUE CURA UN POCO LA MUERTE
me obsesiona que a los pies de la estatua de la libertad hay una pulga que sufre vértigo
me obsesiona, en definitiva, lo opuesto a la eyaculación:
el universo entero se deshace
en un estremecimiento inmenso
y entra en mí