Me alegro de que no estés muerto

Susurros a bocajarro

 

 

A mitad de travesía
quisiste morirte de mí.
Y yo matarte.

Al funeral fui sorda y muda.
Desde el medio de la vida.
Ciega al sol y a la lluvia.

Cosidas las pestañas.
Que no entre más camino
que el recuerdo.

Te maldije y te maldigo
aún ahora, algunas veces.
De memoria.

Y un martes me robas la acera,
con tus hijos y tus perros,
todos vivos.

Por un roto en el torzal
de mi mirada abotonada
os reconozco.

Quiero abrir estos botones
que has cosido y abrochado
sin saberlo.

Me alegro de que no estés muerto
porque podré cruzar la calle
y que los abras.

Caerán sin ruido a la calzada.
Caerá la ira junto a ellos.
Y lo veré porque estoy viva.

Va a dar igual si hay sol o llueve
Lo notaré mientras te digo:
me alegro de que no estés muerto.

Fotografía de Susana Blasco