Maurycy Dabrowski era un procrastinador crónico; en la adolescencia antepuso los juegos a los estudios, se enganchó a los videojuegos y a las redes sociales y repitió más de un curso. Siempre dejaba lo importante para más adelante. A pesar de su desenfoque vital consiguió matricularse de una carrera técnica en la Universidad de Varsovia. En el ámbito universitario se hacen muchos exámenes y trabajos en un plazo estipulado y es muy común la tendencia del alumnado a procrastinar, en ese sentido Maurycy Dabrowski era el estudiante que más procrastinaba; el profesorado incluso le cogió aprecio y el departamento de Psicología hizo un estudio sobre «Procrastinación académica» para analizar el arte de postergar de Dabrowski. El psicólogo tutor llegó a la conclusión de que el muchacho tenía un problema de autorregulación conductual, cognitiva y afectiva, pero sin producirle ningún malestar psicológico. Con el paso de los años, Dabrowski consiguió terminar la carrera.
A Maurycy Dabrowski le producía un gran desasosiego buscar trabajo para ejercer de técnico; no quería estar atado a un horario fijo toda la vida; para tener más horas libres dejaba fluir el tiempo mientras hacía unas horas al día de paseador de perros por el barrio residencial de Wola, cerca del Museo Sublevación de Varsovia; o algunos viernes ayudaba a vender frutas y verduras en un mercadillo ambulante de Stare Miasto; o trabajaba en verano en un restaurante de cocina típica polonesa de la calle Grodzka. El resto de las horas lo dedicaba a la tableta y al smartphone con una obsesión casi enfermiza. Se acostumbró a postergar las cosas pensando que hay tiempo para encarar el futuro. Cuando buscó trabajo en serio para ejercer de lo que estudió, se encontró con la sorpresa de que el título universitario ya era obsoleto.
Microrrelato con moraleja: No postergues las decisiones hasta el infinito, si pretendes sobrevivir en este mundo de egos naufragados; si alguna vez te autoanalizas y descubres que procrastinas, lee La solución a la procrastinación. Breve guía con las mejores estrategias para vencer el hábito de postergar, de Timothy A. Pychyl (Urano, 2018).