Laura

Vecindad



Justo encima de donde vive Álvaro, el joven estudiante con una estrambótica vida disociada entre la teología y las drogas, reside Laura, también muy joven y, también, con muchas papeletas para desarrollar personalidad múltiple.

Sin saber muy bien por qué, las infundadas opiniones de los vecinos acerca de esta muchacha de aspecto chocante y ambiguo se han multiplicado hasta el punto de que casi cada opinante cuenta de ella una versión distinta de su vida. Supongo que según sea la mirada de cada uno hacia la sociedad, aderezada según sean su cultura, sus miedos o sus deseos, la imagen de Laura se ve transformada y manipulada para forjar con ella, en sus particulares entendimientos, tantas personalidades diferentes como suposiciones haya sobre ella. Sería curioso investigar cómo llega la gente a sacar determinadas conclusiones de las que no tiene ninguna certeza previa o los motivos que los llevan a calificar, cuestionar o redibujar a una persona con características nunca contrastadas con la realidad… ni mucho menos con la persona por ellos señalada.

Hay quien dice que Laura es una famosa neumóloga de fama mundial con una reputación solvente y publicaciones en las más prestigiosas revistas científicas. Para completar esta personalidad, añaden que su campo de estudio está dirigido al efecto que produce la contaminación atmosférica en la determinación sexual de los embriones, humanos incluidos. Cómo habrán llegado a crear este personaje de la nada es un absoluto misterio para mí.

Como lo es el que dice de ella que se trata de una atleta de alto rendimiento que hasta compite en olimpiadas. No sé, me confunden estas identidades. Quizás venga motivada por las largas uñas que luce, su cuidado e inusual corte de pelo y su llamativo maquillaje, tal y como de vez en cuando se ve en algunas corredoras jamaicanas o estadounidenses en las competiciones de atletismo. Demasiado rebuscado. El frágil aspecto de Laura, tan delgada y poco musculada apunta claramente a que no se dedica a la alta competición deportiva, puede que incluso ni siquiera practique ningún deporte.

Otra desopilante opinión que he oído sobre ella es que se dedica a las altas finanzas, que es algo así como una bróker despiadada y agresiva que juega a la Bolsa y maneja ingentes cantidades de dinero, una desalmada mujer a quien le importa muy poco arruinar a cualquiera e incluso despojar de sus pocos bienes a los más humildes.

Hay una de esas múltiples personalidades adscritas a la pobre Laura que tiene posibilidades de acercarse a la realidad. Se dice de ella que trabaja en la noche, algo que así dicho por alguna gente suena con una intención claramente ofensiva. Sí podría ser camarera de algún local de ocio nocturno, sirviendo copas tras la barra, ya que su imagen no contrastaría demasiado con algunos ambientes noctámbulos. Lo de que trabaja en la barra de un prostíbulo ya es ir demasiado lejos y en ese dato se nota la maledicencia de quien lo dice.

No obstante, no creo que dedique sus horas nocturnas al negocio hostelero porque siempre la he visto llevar una vida diurna, yendo al mercado a primera hora de la mañana, tendiendo ropa como cualquier otro vecino; vamos, en suma, realizando actividades difícilmente compatibles con alguien que ocupa las noches para trabajar… Aunque con gente tan joven nunca se sabe. Si no, solo hace falta recordar a su vecino de abajo, Álvaro, que parece no dormir nunca.

Yo, sin atreverme a aventurar cuál puede ser la dedicación de Laura, de lo que no tengo ni idea, sí tengo la extraña sensación de que haría buenas migas con el vecino punki del primero cuarta, habida cuenta de las miradas que le dedica Laura cada vez que se cruzan en la escalera o en el portal. Lo malo es que la confusión temporal de Georges le inhabilita para hacer planes con nadie o para encontrarse, de no ser por casualidad, y formalizar una relación que dure algo más que un eventual encuentro.

El caso es que, incluyéndome, nadie parece saber nada de Laura (hay confusión hasta con su nombre), una chica singular por su aspecto pero que, probablemente, lleve una vida tan corriente como la de cualquiera, más allá de las disparatadas divagaciones sobre ella.

No sé si Laura sabe de las distintas actividades que le ha asignado el vecindario. Quizás, de conocerlas, fomenta la confusión para divertirse. Aunque puede que se conviertan en el detonante de una personalidad múltiple y disgregada.

Ilustración: Javier Herrero. Dibujo sobre papel de caca de elefante