De los dos hombres que estaban en la habitación, uno estaba muerto. Al otro le disparé al corazón y cayó redondo con un agujero del 38 en el abrigo. Ya no volvería a invitarlo a otro bourbon.
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De los dos hombres que estaban en la habitación, uno estaba muerto. Al otro le disparé al corazón y cayó redondo con un agujero del 38 en el abrigo. Ya no volvería a invitarlo a otro bourbon.
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