Sonaba Bach en los altavoces.
Mientras tanto, ella se disolvía
por el desagüe del fregadero
y reaparecía convertida
en una polilla de terciopelo turquesa
que quiso volar hacia el blanco roto
que la luna llena reflejaba en la pared.
Masticábamos con desagrado el khat.
Mientras tanto, los músicos
brindaban con gasolina
y se bajaban los pantalones
para mostrar sus nalgas rosadas
sobre un escenario arramblado
por una inesperada riada.
El juez se cortaba las uñas.
Mientras tanto, la noria daba vueltas
y más vueltas, y más vueltas,
con solo un niño en sus asientos,
atado con cinta de embalar,
que daba gritos de éxtasis
que resonaban en el acantilado.
Me picaba el esternón por dentro.
Mientras tanto, los alemanes sonreían,
escupían a su izquierda
y rezongaban con los mofletes hinchados
sin darse cuenta de que el sol
hería sus pellejas abrasadas
y calentaba sus cervezas.