Sentada frente a la ventana trato de comprender
qué se esconde detrás de la amalgama de lo oscuro
y comienzo a entender la falta de ternura
el por qué cuando llego a los lugares
los árboles ocultan sus hojas en las ramas
porque cuesta quitarse el abrigo de tantos años
porque a mí también me cuesta llevar
el peso de los hilos
Ahora que la tarde
adquiere el tono de las guerras
hago mío el color
alejando la derrota de los bandos
porque en esta locura mía
ya no hay enemigos
solo misericordia
por el peso de tus gritos
tus heridas
y los milagros.