Cuando llegaron al puerto no había nadie. Cuando partieron, tampoco había nadie ni en el barco ni en el puerto.
Cuando bajaron del barco no había nadie. Cuando volvieron a subir al barco no había nadie. Ni en el puerto ni en el barco.
Nunca hubo nadie. En consecuencia, todo el viaje de ida y vuelta se hizo sin nadie a bordo, excepto…, un ratón que vivía solo en la madriguera de un camarote de lujo.
¿Quién era el conductor del barco?