Hola, soy Dios. Yo solo fui capaz de crear un universo de quince mil millones de años luz de radio, pero:
Mis mejores ocurrencias para transmitiros mi Sabiduría fueron una inundación que mató a casi toda la humanidad y mandar bajar a mi hijo para que lo clavasen en un madero hasta la muerte.
No soy capaz de eliminar el cáncer infantil.
Le exigí a un pobre hombre que matara a su hijo para asegurar mi ego débil e inseguro.
Permití que naciera el ser humano que ideó los grifos monomando y el que creó los abrefácil.
Me ofendo si una criatura efímera e insignificante realiza cualquier torpeza previsible en su vida.
Decreté que las mujeres parirían a sus hijos con un dolor insoportable. Pero, eh, ¡que os amo un mogollón!
Decidí que un 0,2% de la humanidad sean mis alumnos favoritos, y al resto les mando plagas e inundaciones. Pero, eh, ¡que os amo un mogollón!
Y quizá por todo eso deberías amarme y sentirme cercano. Porque en el fondo somos todos, Yo incluido, un pequeño puto desastre, y deberíamos empatizar y compartir una divina cerveza solidaria, compañero, que el vino de misa es agua de fregar.