Se acerca el ciclo de las eternas lamentaciones
donde todos los diciembres
se visten de tristeza.
Hay miradas envejecidas
donde la impostura de las fechas
se ahoga y pierde brillo.
Los deseos de una ostentosa felicidad
no dejan de ser
meras conspiraciones
ajenas al propósito primero.
Me gusta recibir la palabra a modo de gesto
prefiero la modestia del que calla.
Los días avanzan
y el despliegue de voluntades
se hace nauseabundo.
Cuesta mucho sostener el diciembre
cuando heredaste el peso de una guerra
la envidia de los hombres
el robo de una infancia
y el desamor de un náufrago.
Fotografía de Elena Garnelo.