Dame uno de esos besos
que me abren, de par en par, los labios.
Desliza los tirantes y libera los hombros.
Arranca la hebilla a los zapatos finos
y hazme descender del cielo en los tacones.
Que sienta la verdad apoderarse de los poros.
Pero no me desabroches la mirada.
Debajo de los párpados,
prefiero contemplarme aún armada.
Fotografía de Susana Blasco