La Charca Literaria

Don Efraín sienta sus reales en una terraza del barrio del Farro donde atiende a tertulianos diversos.

La naturaleza le obsequió con una tonsura original para envidia de propios y extraños.

Stanislao de Kotzka y Marinel.lo Ruffian (los nombres los pone Dios y que il Papa lo benedica) mantienen largas discusiones sobre el Ser y la Nada, mediante wasaps.

Gianluca corre el riesgo de quedarse con esta cara para toda la vida.

Siete Llagas Monistrol no es marqués, ni lo será mientras viva su cuñado zafio.

Algún desalmado la llama Madame Hitchcock.

Su idea de llegar a presidente del Centro Culturale «Eravamo noi» tuvo un desenlace desafortunado.

Se ha hecho fan del Papa Francisco (¡ya era hora!).

Andrés no ve ni mira; vislumbra, que es una forma más moderna de ver o mirar.