Fundamentalmente te escribo para comentarte, una vez más, la diferencia (¡abismal!) entre lo que una espera del mundo y lo que el mundo le ofrece.
Una carta de Fermín
Perico BarandaLas cartas boca arribaApreciado Manolo: Confieso que anteayer no pude resistirme y me colé en la trastienda del bar para robarte.
Valentina y Valentín
Perico BarandaLas cartas boca arribaQuizá si me lees en tu Facebook tomes conciencia de que todavía existo.
Una carta de doña Mercedes a sus empleadas
Perico BarandaLas cartas boca arribaEso de vaciarme la billetera mientras yo andaba gozando con Manolín en la trastienda, ¡eso no os lo perdono!
Cartas crueles
Perico BarandaLas cartas boca arribaTras errar por varias editoriales, finalmente he conseguido que La Charca Literaria se avenga a publicar la correspondencia de doña Mercedes. Es buena masa para su pastel fangoso.
Otra carta desde el convento
Perico BarandaLas cartas boca arribaYo no tenía ni idea de cuántos dientes teníamos hasta que me puse a contarlos y los conté, tocándolos con el dedo, despacito, de uno en uno. Primero los de un lado (por arriba y por abajo) y luego los del otro (por abajo y por arriba).
Pedrito escribe a los Reyes Magos
Perico BarandaLas cartas boca arribaQueridísimos Reyes Magos: espero que -a diferencia del mismísimo Dios- me concedáis alguna de mis peticiones, sea en el plano personal o profesional, o ambos.
El Desguace en otoño
Perico BarandaLas cartas boca arribaAsí son nuestras cojitas: tiernas y abiertas al arrumaco, como pastelitos de crema.
Contra Carcagente
Perico BarandaLas cartas boca arribaAbofeteada y en el suelo, perdí el oremus. Fueron unos segundos; tiempo suficiente para que aparecieras tú y me robaras el anillo.