Sí, ya sabemos que gracias a Nikola Tesla y a Hedy Lamarr, entre otros, el envío y la recepción de señales electromagnéticas se han ido llevando al canal aéreo, hasta tal punto que el espectro comienza a tener problemas de overbooking, si me permiten el término, asociado al tráfico… aéreo, claro. El otro problema, si cabe más acuciante, pueden comprobarlo a nada que paseen por uno de esos barrios periféricos y reparen en los manojos de cables que trepan por los, ya de por sí, espantosos edificios de pisos. Porque, cuando el aire no porta las señales con la diligencia exigida, hay que recurrir a la fibra óptica. Raro es el día en que no se oye la voz de un vecino cabreado.
La compañía Yinsu Corporation acaba de presentar su modelo Sinsho, con el que aspira a desplazar estos molestos embrollos. Para lo cual propone un sencillo aparatito que se coloca en las gónadas y con el que puede emitir y recibir señales de todo tipo allá donde se encuentre: ya sea un correo electrónico, su serie favorita o el reportaje de boda infumable de su peor amiga. La compañía nipona explica que el dispositivo se alimenta de la energía generada en el organismo. Aunque señalan que se trata de un prototipo, destacan que procederán a la comercialización tan pronto logren solventar el deseo de abstinencia que provoca Sinsho durante el uso prolongado (las pruebas arrojan funcionamientos esperanzadores de hasta una hora de conexión sin efectos secundarios).
Por otra parte, el modelo es unisex y apenas ocupa el volumen de un huevo de gallina. En todo caso, valoramos muy positivamente este tipo de propuestas, que, sin duda, mejorarán la conexión entre las personas, tanto de mi privilegiada posición como de la suya de ustedes, ¿no?